Es decir, al buzoneo clásico suma un plus de efectividad porque incorpora el estudio del mercado concreto al que nos dirigimos, geolocalizado a través de tecnologías digitalesen amplias zonas de interés.

¿Cuáles son los beneficios que aporta esta técnica?

La fuerza del geomarketing reside en su capacidad de definir cuál es el público al que le interesa nuestro producto o servicio.

El geomarketing está en disposición de ofrecer el producto o servicio adecuado no solo al cliente que le interesa, sino en el área comercial oportuna y a la hora del día en la que puede estar más predispuesto a la compra.

Permite definir a aquellas empresas que incluyan la estrategia a cuántas personas va a alcanzar la campaña e incluso en qué radio de acción de los negocios físicos o sucursales será eficaz la acción de promoción, oferta o cualesquiera que elijamos. Dicho de otro modo, el geomarketing identifica oportunidades clave del mercado para el negocio.

A través de esta técnica, nos aseguramos de que la estrategia es verdaderamente efectiva porque conocemos los hábitos de compra de nuestro cliente, cuál es su estatus económico, número de personas que conviven en el núcleo, y así un conjunto de datos de gran valor que avalan un buen resultado.

Si conocemos el número de folletos que queremos repartir en una zona y a cuántos buzones llegaremos podremos saber además el tiempo de reparto que necesitamos, lo que facilitará el conocimiento de los recursos que nos son necesarios para llevar a cabo la campaña.

Permite una comunicación bidireccional y directa entre la empresa y el cliente porque geolocaliza los repartos de material promocional en áreas donde los puntos físicos de venta son cercanos al potencial consumidor.

Así, la empresa conoce de primera mano qué respuesta tiene su campaña en boca de sus clientes.

Las posibles incidencias que ocurran durante el reparto pueden ser corregidas en futuras entregas, por lo que la distribución está siempre sujeta a mejorar acción por acción.